Las preocupaciones sobre la seguridad en Cuernavaca han alcanzado un punto crítico, con al menos 8 de cada 10 habitantes expresando sentirse inseguros, según revelan encuestas del INEGI. Estas preocupaciones se centran en los supuestos pactos entre el alcalde José Luis Urióstegui y Abel Maya, ex integrante del cartel de “Los Beltrán Leyva”.
Se afirma que Urióstegui, a través de la secretaria de seguridad ciudadana, Alicia Vázquez Luna, habría permitido a Maya operar en la ciudad, facilitando la venta de drogas y extorsión a cambio de un pago semanal. Maya, quien lidera el grupo delictivo “Los Mayas”, aliado de La Familia Michoacana, ha dejado su marca en la ciudad con lonas que proclaman la bienvenida de sus asociados “Don Pez y Don Fresa”, sin ser detectados por el sistema de vigilancia C4, que se dice está bajo control de Vázquez Luna.
Reportes también sugieren que Maya es mentor de Francisco Javier Rodríguez, alias El Señorón, líder del CJNG en el estado, lo que ha desencadenado enfrentamientos violentos y derramamiento de sangre en la región.
Las acusaciones se intensificaron con una conversación inadvertida entre el periodista Juan José Arrese y su asistente Viridiana Arias, transmitida en vivo por radio, donde se alega que Urióstegui pactó con Maya para “pacificar” la ciudad, promesa que no se cumplió y solo resultó en más violencia y estancamiento económico.
Alicia Vázquez Luna, descrita como una “narco funcionaria” y conocida como “la Dama de Hierro” entre los círculos del crimen organizado, enfrenta investigaciones de la Fiscalía General de la República por sus presuntos vínculos con Mariano Osorio Mendiola, lugarteniente de Maya.
Las acusaciones contra Urióstegui y su presunta colaboración con Maya han sacudido a la ciudad, generando un clamor por la verdad y la rendición de cuentas en la gestión de la seguridad pública.